dimarts, 15 d’octubre del 2013

EL REO QUE LLEVARON A AHORCAR



En la Audiencia de la plaza de San Francisco un reo es condenado a la horca por sus muchos delitos. Lo sacaron de la carcel que entonces estaba en la calle Sierpes y lo llevaban para ser ajusticiado en Tablada. Al llegar a la Puerta de Jerez el reo se puso a dar grandes gritos diciendo:  no podeis ahorcarme porque el rey me habia perdonado. No podeis ahorcarme porque el rey me había perdonado. Ante esto el juez detiene la comitiva y acude al Alcázar para decir al rey don Pedro I  lo que sucedía.
El rey le dijo que no conocía al reo, y jamás le había perdonado.Que continuara la ejecución.
Nada mas salir el juez de la cámara, el rey reflexionó y mandó que volviera  y le dijo que aunque no había perdonado al reo, tampoco se lo habían pedido. es mejor que no se cumpla la sentencia. Todo  el pueblo ha oido lo que el reo ha dicho y yo respeto demasiado a mi pueblo y no quiero que piensen que  lo he perdonado y después no he cumplido con mi palabra. Así el reo fué devuelto a la cárcel y se libró de la horca.

http://pictures2.todocoleccion.net/tc/2009/10/28/15598139.jpgc/ sierpes                                                          tablada

dimarts, 8 d’octubre del 2013

TRADICION DEL LAGARTO DE LA CATEDRAL



Cuando entramos en el Patio de los Naranjos, en una de las naves y colgado de unas vigas del techo y a gran altura hay un cocodrilo disecado, un cuerno de elefante,  un bocado o freno de caballo de gran tamaño y un bastón de mando. He aquí la explicación
Por los años 1220,(El reino de Castilla tras la reconquista de Andalucia se habia convertido en una gran potencia) , el sultán de Egipto envió una embajada al rey Alfonso X el Sabio para pedir la mano de su hija Berenguela. Entre los regalos que envía  hay un hermoso colmillo de elefante, un cocodrilo vivo, del Nilo, y una altísima i domada jirafa con su silla de montar, su freno o bocado  y sus bridas.
El rey rechazó la petición de mano de su hija y envió un embajador cargado de regalos para el Sultán. Aquí quedaron el cocodrilo que echaron en una alberca de los jardines y la jirafa ramoneando por esos mismos jardines. Cuando pasado muchos años el cocodrilo murió, fué disecado y colgado en el Patio de los Naranjos de la Catedral, junto con el freno de la jirafa, el cuerno de elefante  y la vara de mando (que ya no servía) del embajador que fué a cumplimentar al Sultan.